lunes, 31 de mayo de 2010

... Mi propia historia, lo que soy, lo que ofrezco...






Hace 60 años que el mayor devoto de San Antonio era un niño de menos de diez años, que era Pepito del Huerto Rio, afectado inválido por una escoliosis. José Corrales Ardila (Pepito), pasó su niñez ataviado con una túnica púrpura como promesa para su salvación, mientras se aprendía de memoria el Romance de San Antonio, una obra anónima, larga y complicada hasta para un adulto. Pero la fé estaba por encima de todo, pues la promesa que él y su madre rogaban era para que volviese a caminar, para liberarse de esa distrofia que en edad adulta descubrieron. Pero esta, es una historia del pueblo que llega a la sensibilidad popular de su canto, porque es del pueblo. Pepito del Huerto Río estaría encantado de volver a demostrar que, 60 años después, aún en su silla de ruedas eléctrica, se sabe de memoria y canta a la perfección el Romance de San Antonio, al que mantiene intacta su devoción...

ROMANCE DE SAN ANTONIO

Divino, glorioso Antonio, suplícale a Dios inmenso
que con su gracia divina, alumbre mi entendimiento,
para que mi lengua refiera el milagro
que en el huerto obraste de edad de ocho años.
Su padre era un caballero, cristiano, honrado y prudente
que mantenía su casa con el sudor de su frente
y tenía un huerto donde recogía
cosechas del fruto que el tiempo traía.
Y una mañana un domingo, como siempre acostumbraba
se marchó su padre a misa diciéndole estas palabras:
- Antonio querido, ven aquí hijo amado
escucha que tengo que darte un recado.
Mientras tanto yo esté en misa, gran cuidado has de tener
mira que los pajarcitos, todo lo echan a perder.
Entran en el huerto, pican el sembrado;
por eso te pido que tengas cuidado.
El padre se fue a la iglesia a oir misa con devoción
Antonio quedó cuidando y a los pájaros llamó:
- Venid, pajarcitos, dejad el sembrado
que mi padre ha dicho que tenga cuidado.
Por aquella cercanía, ningún pájaro quedó
porque todos acudieron donde Antonio los llamó.
Lleno de alegría San Antonio estaba,
y los pajarcitos alegres cantaban.
Al ver venir a su padre, luego los mandó callar.
Llegó su padre a la puerta y le empezó a preguntar:
- Dime tú, hijo amado; dime tú Antoñito;
¿tuviste cuidado con los pajarcitos?
El hijo le contestó: - Padre, no esté preocupado
que para que no hagan daño, todos los tengo encerrados,
El padre que vio milagro tan grande
al señor obispo trató de avisarle.
Acudió el señor obispo con grande acompañamiento;
quedaron todos confusos al ver tan grande portento.
Abrieron ventanas, puertas a la par
por ver si las aves querían marchar.
Antonio les dijo a todos: - Señores, nadie se alarme;
los pajarcitos no salen hasta que no se lo mande.
Se puso a la puerta y les dijo así:
- Volad pajarcitos, ya podéis salir.
Salgan cigüeñas con orden, águilas, grullas y garzas
gavilanes y mochuelos, verderones y avutardas;
salgan las urracas, tórtolas, perdices,
palomas, gorriones y las codornices.
Cuando acaban de salir, todos juntitos se ponen
aguardando a San Antonio, para ver lo que dispone,
y Antonio les dice, - No entréis en sembrado
iros por los montes y los ricos prados.
Al tiempo de alzar el vuelo, cantan con mucha alegría
despidiéndose de Antonio y toda la compañía.
El señor obispo, al ver tal milagro
por todas las partes, mandó publicarlo.
Arbol de grandiosidades, fuente de la caridad
depósito de bondades, padre de inmensa piedad,
Antonio divino, por tu intercesión
merezcamos todos la eterna mansión.


* Este romance Anónimo lo ha aportado nuestro convecino José Corrales Ardila (Pepito el del Huerto Río) que lo aprendió de memoria y lo cantaba hace 60 años, cuando permanecía en cama enfermo e inmóvil de la columna vertebral, intentado desde la niñez superar su grave dolencia.


EL BOSQUE TIENES QUE VER

De que Cai tiene salero,

de eso no hay que dudar,
tiene arte y poderío,cuando llega el Carnaval.

Te estoy hablando de Cai,
de nuestra capital,
que tiene un salero mi Cai,
que no se puede aguantar.

Vaya salero que tiene mi Cai,
nadie lo podrá igualar,
su gente andando se mueven,
como las olas del mar.

Pero escucha lo que te voy a decir,
si visitas su provincia,
vente aquí por El Bosque,
que aquí ya hay que morir.

Tiene mi pueblo una fiesta,
que es ahora el trece de junio,
el día de nuestro Patrón,
vente ese día que alegría, que emoción.

Viva, que viva mi pueblo,
viva, nuestro Patrón,
el que se siente bosqueño,
lo lleva en el corazón.

El día de la Romería,
pásate por aquí y verás,
sus romeros a caballos,
y sus carrozas adornas.

Mi pueblo tiene unos sitios,
que tienes que visitar,
este río que tenemos,
es difícil de igualar.

También tenemos un monte,
que se llama Albarracín,
si te digo la verdad, esto no es un monte,
esto es un jardín.

Tiene esto un paseo divino,
empieza en la carretera de Benamahoma,
y su recorrido es,
por un carril hasta las lomas.

Qué bonito que silencio,
escuchando el canto de los pájaros,
en esta arboleda,
esto parece un sueño.

Si te empiezo a contar,
no acabo es digno de admiración,
este pueblo tiene embrujo,
que si, que si, que te lo digo yo...

© José Corrales Ardila – mayo de 2010



1 comentario:

  1. Pepe,!Qué arte!me ha emocionado.
    Me gusta mucho tu blog,sigue escribiendo y pienso ponerte en el mio de enlace,
    Entraré a menudo a visitarte,aunque no haga comentarios.
    Nos vemos en el Bosque.
    Rocío.

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